Aquella noche

La noche se hacía cada vez mas liviana con el paso de las palabras, estaban ahí y ella estaba sentada con otra cabeza sobre sus piernas, no con cualquier cabeza por supuesto; sus manos bailaban con el monte que separaba aquella nariz que invitaba a conocer su frente, delineaba las cejas de su acompañante y mientras con la otra mano daba una bocanda de cigarro veía como su acompañante imitaba el acto, ambos dejaban el cigarro a un lado del cuerpo, este se consumía siendo el único testigo de ese momento tan perfecto y tan imposible, tan lento y tan rápido. Parecía mentira que fuera producto de tantos meses de espera.
"Me relaja estar esta noche aquí, fumando contigo", esa simple frase provocó un extraño rubor en las mejillas de la delineadora de rostros, pensó que el objetivo estaba cumplido con esas palabras dichas, pensó también lo comprometedora que podía sonar esa frase, lo contradictoria a todos los hechos que era, pero no le importó, era tan pequeño ese momento, ese gesto, esos ojos y ese frío que de hecho todo su pensamiento subjetivo se redujo a: "a mi también me gusta estar aquí contigo", vio la sonrisa dormida de él y continuó delineando ese rostro que tanto había llorado y había sido llorado. Pensó en lo irónica que era la vida y miró hacia arriba reclamando el porqué la demora, reclamaba a alguien que estuviera siendo testigo de esa simpleza que le daba explicación, motivo y lógica a todo lo que había pasado antes.
Todo se reducía una noche con nubosidad parcial , el peor de los errores y el más bello de los aciertos.